Es reconocida la fuerza y capacidad de aporte que tienen los equipos de trabajo en los resultados de una empresa.
Un equipo bien constituido, con un propósito claro, está en capacidad de impactar positivamente la productividad, la innovación, la creatividad, el clima laboral y la cultura organizacional.
Se hace necesario concebir y construir los equipos de trabajo como gestores de las decisiones gerenciales de la empresa. No basta con crearlos y ordenar que se inicie su trabajo. Su razón de ser y permanecer es que son un organismo clave para el cumplimiento de los propósitos organizacionales, para eso se crean.
Cada equipo se compone de un grupo de seres humanos con un rol determinado, uno de ellos, además, lo lidera. Cada persona tiene una manera de ver e interpretar el propósito, su aporte y a partir de ahí se forma una idea de lo que se espera de ella y del equipo.
El líder juega un papel fundamental desde el momento en que se conforma el equipo o desde el momento en que él y la empresa deciden transformarlo en una unidad de alto impacto positivo y un escenario de motivación y satisfacción.
Esa responsabilidad fundamental del líder de equipo, para la cual debe prepararse y asumir como un proyecto, comienza por entender las diferentes visiones e interpretaciones que los miembros del equipo puedan tener. Tres elementos son necesarios al constituir el equipo o al iniciar un proceso de transformación de un equipo ya existente.
Es común en los líderes pensar y expresar que conocen muy bien a los miembros del equipo porque ya han trabajado con ellos o porque llevan en la empresa mucho tiempo y se apoyan en ello para invitarlos a formar parte del equipo.
Siendo válido este conocimiento, basado en percepción y experiencias laborales compartidas o referenciadas, es un conocimiento limitado, requiere ampliarse en profundidad mediante la aplicación de instrumentos científicos que identifiquen con precisión los modos de pensar, actuar y las características particulares que nos hacen diferentes al enfrentar el reto de conformar un equipo.
Con estos tres elementos, propósito claro de equipo, identificación y reconocimiento de características personales y los talentos de cada uno de sus miembros, se hace en forma precisa claridad sobre el aporte esperado de cada uno de los miembros y el líder queda dotado con un Mapa de Equipo, una guía completa y objetiva que le permitirá y facilitará avanzar en forma segura y confiable en pro de los objetivos.
De esta manera se asegura que cualquier equipo se convierta en un elemento de impacto positivo para la empresa y que todos sus integrantes sean reconocidos y se sientan altamente motivados y satisfechos.
Por: Jorge Mario Montoya Isaza. Socio consultor Gente Competente S.A. Septiembre 2020